...
Dos almas gemelas no pueden ser iguales. Deben ser diferentes, muy
diferentes para comprender una a la otra, y así, al lograrlo, formar una
sola alma, esa gran alma a la que llamamos "amor"...
Ella, su nombre: Midori Shozo.
Él, su nombre: Cristopher Brown.
Ella
vive en Tokyo, Japón. Es una mujer joven, casi llegando a los 30 años.
Soltera y con ganas de conocer el mundo; aventurera y arriesgada, se
esfuerza para conseguir lo que quiere. Siempre lo consigue.
Él
vive en Toronto, Canadá. A sus 27 años de edad es un gran apasionado
por la aventura, adicto a la adrenalina, hambre de experiencias nuevas y
un poco inmaduro.
Midori fue una excelente estudiante en la academia, se recibió con honores y
fue de las mejores de su generación. Siempre ha sido una mujer de
objetivos claros y, desde joven, bastante madura. Estuvo a punto de
casarse una vez, cuando tenia 26 años. Tomo la decisión ya con una vida
laboral y personal bien definida. Dió el sí a quién creyó que era el
amor de su vida, sin embargo un mes antes de la ceremonia las cosas
terminaron al quedar en descubierto un engaño, todo terminó.
Midori
cayo desconsolada en depresión. Semanas después, como mujer fuerte que es, luchó por levantarse y salir de nuevo adelante. Se propuso cambiar
de escenario: realizar un viaje y no volver hasta que las heridas hayan
sanado.
Christopher, o
Chris, como le gusta que lo llamen. Es una persona un poco "muy" distraída, así se define el. Aunque es un poco inmaduro, en ocasiones.
Sabe comportarse y tomar buenas decisiones cuando debe hacerlo. Su
trabajo como asesor turístico le ha permitido viajar a lugares muy exóticos, donde ha vivido toda clase de aventuras, sus mejores y peores
momentos. Es una persona de emociones nuevas y constantes. No le gusta
la rutina ni las cosas fijas. Lo mismo lo aplica a su vida emocional.
Sin embargo, últimamente ha sentido esa necesidad de establecer su vida y
pensar en el futuro, un futuro acompañado.
La oportunidad de un nuevo y largo viaje le dan esa opción que el busca.
... Él, ella: ambos viajan a Bahamas.
Ella, al llegar, toma un profundo suspiro y sonríe para sí misma. Se siente feliz con la nueva oportunidad.
Él
simplemente llega, no siente nada especial ni esta a la expectativa. Va
a su cuarto a dejar sus cosas y sale buscando algo para beber y comer
pensando "a ver que pasa".
Ella se toma unos días disfrutando el sol, la playa, la tranquilidad.
Él disfruta el lugar, sale de paseo. Pasó frente a ella sin que ninguno de los dos se diera cuenta.
Ella logra establecerse y encuentra trabajo como recepcionista en un hotel.
Él
sigue trabajando habitualmente preparando tours y acompañando a sus
clientes. Consigue trabajo de planta dentro de la compañía, recibiendo
la noticia que permanecerá más tiempo en Florida.
Ella lee libros y dibuja en sus ratos libres.
Él sale a bares y asiste a eventos deportivos.
Ella lo ve a él, llegando al hotel a registrar unos huéspedes, pero lo atiende otra recepcionista.
Él la ve al llegar al hotel y se lamenta ser atendido por otra recepcionista.
En ese momento ambos se reconocen sin conocerse y sonríen. Pero por pena y temor no se dirigen la palabra.
La noticia de un huracán llega al lugar, ellos se preparan y predisponen a ayudar hasta que todos estén a salvo.
Durante la tormenta ambos están en las calles ayudando a la gente a llegar a un lugar seguro.
No lo saben, pero están a solo cien metros de distancia entre ellos.
Conforme
la tormenta progresa el lugar se inunda y se vuelve más peligroso
estar fuera, ellos se arriesgan para ayudar hasta animales, salvando
hasta el ultimo perro y gato.
Al final se encuentran, sonríen, se acercan y, entre los dos, ayudan. Desapareciendo durante la tormenta.
La gente a la que ayudaron los buscan en sus respectivos refugios, nadie sabe nada de ellos.
Después de la tormenta la gente salió a las calles y recorrió las playas. Fue
ahí donde vieron a sus héroes, entonces anónimos para ellos, acostados
en la playa, agarrados de las manos y sonriendo, pero sin vida.
Ella fue arrastrada por una corriente de agua, él intentó rescatarla pero ambos fallaron.
Y es entonces donde nos damos cuenta que, a veces, después de la tormenta, no queda nada.
Fin.
NOTA:
La autoría de esta historia y todas las que se publican en este blog
pertenecen al escritor "Amorosa" o "Antonio Orosa". Cualquier
reproducción parcial o total de las obras aquí expuestas sin permiso del
autor están completamente prohibidas por leyes y derechos de copyright. La foto no, esa tiene su propio autor, créditos a él o ella.
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